jueves, 2 de agosto de 2012

El aniversario

- ¡Alberto, te volviste a olvidar, otra vez!.
- ¿De qué, Rocío?.
- ¡Hoy cumplimos 5 años de casados!.
- Pe... pe... pero, ¿cómo me voy a olvidar?.


- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.
- ¡Justamente era eso lo que había pensado!.
- Está bien, ¡Quiero que me lleves a Cocodrilo!.
- ¿Quéee?, ¿Estás loca?, ¡Eso es un antro!.
- ¡Alberto!, Quiero que me lleves ahí porque q
uiero conocerlo!.


Y fueron... Apenas llegaron al cabaret, el tipo que estaciona el auto dijo:
- Buenas noches, ¿Cómo le va caballero?, Me alegro de verlo de nuevo.


La mujer saltó sorprendida:
- ¿Qué dice éste?, ¿dijo que se alegraba de verte de nuevo?. ¿Vos ya viniste antes?.
- ¿Yo, pero estás loca, a este antro? Estos tipos le dicen a todos lo mismo. Estos lugares son así.


Llegaron ante el portero...
- Señor Vega... ¡Qué alegría!.
- ¿Dijo Señor Vega?.. ¡Este te conoce!.
- ¿Eh?... Cómo no me va a conocer, si trabaja en el edificio de mi oficina. Es el electricista del edificio.


Ya dentro, los recibió Alex, el gerente:
- ¿Cómo está Ingeniero Vega?. La mejor mesa, como siempre, ¿verdad?.
- ¿Este también es electricista en tu oficina, Alberto? ¡Te voy a matar!.
- No... eh... no, este señor me conoce porque es el que me vendió el auto que te regalé...
- Alberto me estás...


En ese momento apareció la vendedora de cigarrillos:
- ¡Mi Reeeeey!, ¿Te doy tu habano cubano?...
La vendedora se puso el habano entre las tetas...
- Mete la manito, mi amor, y saca tu habanito.


Rocío estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces. Por fin se sentaron y empezó el espectáculo. Apareció una mujer espectacular que empezó a hacer un striptease. Y cuando se quedó sólo en tanga se acercó a la mesa de Alberto y, muy sensualmente, preguntó a toda la concurrencia:
- Y ahora... ¿quieeeeen me va a quitar la tanguitaaaaa?.


Todos los presentes cantaron a coro:
- Se ve, se siente, Alberto con los dientes! Se ve, se siente, Alberto con los dientes!.


Rocío no aguantó más. Salió corriendo y se metió en un taxi. Alberto la siguió y también entró en el vehículo. La mujer empezó a pegarle y a tratar de tirarlo por la puerta.
- ¡Sos el hijo de puta más grande que conocí!.
Rocio se quitó un zapato, e histérica, comenzó a pegarle en la cabeza y a putearlo como nunca a nadie. En eso el taxista mira para atrás y dice:
- Mire que hemos llevado putas , Don Alberto, eh... ¡¡Pero como esta loca, ninguna!!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario